Calama 18 de marzo del 2005
Utilizan extraña bebida para asaltar a abuelos
Toda la policía tras un ladrón abusivo, quien podría causar problemas mayores a las personas de la tercera edad.
Los servicios policiales andan en busca de un ladrón especialista en despojar de su dinero y especies a las personas de la tercera edad y particularmente a los abuelos que acuden a cobrar su jubilación.
Una denuncia en tal caso alertó a los funcionarios quienes están decididos a resolver el enigma y además a impedir que el delincuente siga haciendo de las suyas, dado que con el sistema puede causar problemas mayores a sus víctimas.
Se trata de un individuo que engaña a los pensionados y luego les hace beber un líquido que portaría en una lata similar a los envases de gaseosas. Quien la bebe no alcanza a mantenerse en pie más de un minuto, situación que aprovecha el individuo para despojarlo de las pertenencias y desaparecer.
Un caso
Dramática situación vivió Eusebio Ramírez Flores, 83 años de edad, quien acudió a cobrar su pensión alrededor de las 9 horas y no regresó al hogar. Pasadas las 18 horas fue hallado botado en la vía pública, sin un centavo ni otros documentos. Sólo le dejaron la cédula de identidad.
Así lo dio a conocer Elizabeth Ramírez, hija del jubilado, quien explicó que vivió momentos de angustia, al observar que el pensionado no regresaba al hogar cuando ya eran las 11 horas, por lo que salió a buscarlo y no lo encontró por ninguna parte.
Alrededor de las 19 horas, fueron a su casa los carabineros para avisarle que Eusebio Ramírez había sido hallado en la vía pública. El hallazgo lo hicieron dos jóvenes quienes avisaron al servicio policial.
El abuelo fue llevado al Hospital de Calama donde le diagnosticaron intoxicación medicamentosa de carácter leve.
Elizabeth Ramírez agradece a Carabineros la buena disposición que tuvieron para participar en esa gestión.
Amigo
La víctima narraría que cuando salía de cobrar su pensión fue interceptado por un individuo mayor de edad, quien lo saludo como si lo conociera mucho y le preguntó si acaso se acordaba de él. Ante la negativa del jubilado, el delincuente siguió haciéndose el simpático y le ofreció bebida. El abuelo bebió y casi inmediatamente se sintió adormecido y no se acuerda más hasta que lo hallaron botado en la calle, pero sin un centavo de la pensión recién pagada.
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